Sao Paulo: Es una ciudad gigante y más aún para un chilenito de provincia como yo. La verdad es que no fue mucho lo que salimos a recorrer ya que todo el día nos la pasabamos en la F1, pero algo alcanzamos a conocer.
Lo bueno: la comida es muy barata. Por algo así como 3 lucas cada uno de ese entonces (ahora el cambio conviene menos) comimos hasta quedar chatos en una churrasquería, pero no piensen que son cosas de lujo, son lugares mas bien populares pero buenos.
Lo malo: los tacos que son bastante largos y lentos. Por otra parte, la sensasión de inseguridad es alta, ya que uno no está acostumbrado a ver pasar a los pacos con medio cuerpo afuera y metralleta en mano todo el día. Onda que los tipos parece que ven algo y disparan no más.
En resumén: El vaya, que se cuide de los malos, pero que no se cuide del colesterol.
SALUDos!
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