Camboriu

Volviendo al tema de vacaciones, ahora me toca recordar lo que fue el viaje a Camboriu. Originalmente esas vacaciones serían en Buenos Aires o Punta del Este, pero por cosas de la vida terminamos en esta ciudad del sur de Brasil.
Primera lección: Los vuelos charter los hacen en los aviones más ordinarios del mercado y aún cuando te aseguran el cupo, me queda la duda si vale la pena.

Una vez en el aeropuerto de Florianapolis, directo al Hotel Sibara Flat en el centro de Camboriu, lugar que si me preguntan recomiendo para hospedar, ya que cumple con los requerimientos de un pasajero promedio, aún cuando creo que siempre es mejor, si se puede, optar a uno frente al mar.
Camboriu (que en realidad se llama Balneario Camboriu) como ciudad me pareció como diseñada para el turismo, ubicada a lo largo de un agran playa llamada Central y con muchas playas cercanas, destacando principalmente Laranjeiras, las que obviamente son bañadas por un cálido mar (cada vez que me meto al mar en Chile me acuerdo de ese detalle). Quizás como anecdota contar que lo único malo con algunas playas fue que nos mordió un bicho marino no identificado (sospechamos de los cangrejos) y que si bien no es tan terrible ni peligroso ni nada por el estilo (no hubo muertos ni enfermos), es molesto por un rato.

Uno de los simbolos de la ciudad es el Cristo de la Luz, que no es nada mas ni nada menos que una estatua de Cristo mas pequeña que la ubicada en Rio de Janeiro y se diferencia por tener una luz en una de sus manos. Está ubicada en un cerro cercano al centro de la ciudad, desde donde puede ser vista fácilemte, sobre todo por las noches cuando es iluminado luces de colores que se van alternando.
Entre los tours que incluia el paquete y los que tomamos de manera adicional, los mas recordados son Blumenau y San Francisco del Sur. La primera es una ciudad de colonos alemanes bastante bonita y simpática donde se celebra una vez al año el Oktoberfest, por lo que obviamente hay una gran tradición cervecera (me tomé una cerveza negra deliciosa).
La otra es patrimonio de la humanidad y en cuanto llegamos me recordó mucho a Valparaíso, pero en pequeñito y mejor cuidada. Por lo anterior, es un destino altamente recomendable, considerando además para llegar hasta allí, se hace a través de un yate lo que le da un toque más especial a la travesía.
El resto fue comer, ir de compras, salir y compartir con nuestros amigos de Punta Arenas Francisca y Fernando.
De las cosas simples de Camborui que recomendaría son los jugos con leche condensada y frutilla y ojala fuera por la noche en la playa junto con unos amigos y una buena conversación.
En fin, este fue un gran viaje y además fue el primero que compartimos con mi brujita. Creo que quedó pendiente solo darse una vuelta por Florianopolis, aunque también dicen que esa ciudad puede dar para una semana completa según dicen. Quien sabe si algún dia cumplimos con esa parte, total ahora se viene la luna de miel.
SALUDos!